martes, 12 de abril de 2011

El thriller

Defender a Baltasar Garzón desde una perspectiva jurídica tiene que ser realmente difícil cuando su coro mediático y él mismo han decidido convertir su caso en una especie de thriller de serie B en el que un honrado y valiente juez se convierte en víctima de una cacería política.

Si nos fijamos, todos los argumentos que se oyen a favor de Garzón son del tipo "es quien más ha hecho por derrotar a ETA", "le juzgan por investigar los crímenes del franquismo" o "la trama corrupta sienta en el banquillo al juez". Otros van más allá y acusan directamente al Tribunal Supremo (que es quien le va a juzgar) de ser una extensión del régimen de Franco.

Toda esta demagogia tan fácil de digerir sin duda le granjeará el apoyo de una legión de incautos, pero de ningún modo le va a ser útil si lo que quiere es librarse de la condena.


Porque lo que en la sala del tribunal se va a discutir no es si Garzón es ese superjuez que destapó los GAL (cuando le convino y mal), que luchó contra ETA de manera incansable (a no ser que hubiera en marcha un proceso de negociación con la banda) o que intentó ajusticiar a toda clase de dictaduras (siempre que estas no fueran de izquierdas, claro). De lo que allí se va a hablar es de si, para lograr todas esas hazañas, el juez incumplió la ley a sabiendas, es decir, si prevaricó.

De momento tenemos dos hechos objetivos: Garzón ordenó intervenir las conversaciones privadas entre unos clientes y sus abogados e intentó sentar en el banquillo a unos muertos (los jerarcas franquistas) acusándoles de unos delitos que aún no estaban tipificados como tales en el momento en que se cometieron.

Yo, que no soy jurista, no tengo ni idea de si a eso se le puede llamar prevaricación o no. Eso se lo dejo a los jueces. De momento, Garzón es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Lo que no creo es que inventarse conspiraciones y cargar contra el sistema judicial español le vaya a ayudar mucho a la hora de afrontar los tres procesos que tiene pendientes con la justicia. Tal vez si quiere triunfar en Hollywood, pero no en una sala del Tribunal Supremo.

domingo, 3 de abril de 2011

Manipular a través de una imagen

Si una imagen vale más que mil palabras, una imagen manipulada vale más que diez mil mentiras. El diario online El Confidencial ha decidido hoy acompañar la noticia sobre el acto de Rosa Díez en el palacio de Vistalegre con una foto en la que parece que al mitin han acudido cuatro gatos y el apuntador. Por si fuera poco, titula: "Rosa Díez se da un fallido baño de masas en el amuleto del Zapaterismo". He aquí la imagen:


Este tipo de manipulaciones es bastante habitual en los medios de comunicación tradicionales, que, acostumbrados desde hace años a creerse los amos del chiringuito, confían en que sus lectores no acudirán a otras fuentes de información para contrastar las noticias que les ofrecen. Pero que sea precisamente un periódico digital el que cae en esta trampa tan burda es bastante triste, sobre todo teniendo en cuenta que la cabecera del citado periódico va acompañada del eslogan "3.600.000 lectores influyentes".

He aquí una imagen mucho más neutral y más fiel de lo que ha sido el acto de hoy de Rosa Díez en Vistalegre, colgada en Facebook por un simpatizante de UPyD que estaba presente.


Es evidente que el recinto no estaba tan abarrotado como cuando Zapatero ofrecía allí sus mítines de campaña. Pero de ahí a insinuar que ha sido un fracaso hay bastante camino, sobre todo teniendo en cuenta la nula capacidad económica, operativa y mediática de un partido como el de Rosa Díez. En cualquier caso, y tal y como recuerda uno de los lectores de El Confidencial, Rubalcaba ha congregado hoy mismo en Palma de Mallorca a 2.000 asistentes, 4.000 menos que Rosa Díez. El titular elegido en esta ocasión por el mismo diario ha sido mucho más positivo: "Rubalcaba, aclamado entre vítores y gritos de 'presidente', 'presidente'".