miércoles, 16 de noviembre de 2011

Economía en dos minutos

Para que un país crezca es imprescindible que se genere empleo. Sin empleo sube el gasto público y baja la recaudación, y sin recaudación el país tiene que endeudarse para pagar sus gastos e incluso su propia deuda.

Cuando un inversor ve que un país puede tener dificultades para pagar su deuda, lo lógico es que imponga condiciones más altas para comprarla. Es lo que haríamos todos con alguien de quien no nos fiamos. Eso, o no prestarle.

Esto es a grandes rasgos lo que está ocurriendo en España con la prima de riesgo. Aunque nuestra deuda pública sea inferior a la de Alemania o Francia, los inversores (los famosos mercados) observan un país improductivo e incapaz de generar empleo y riqueza y se preguntan de dónde vamos a sacar el dinero para cubrir nuestras deudas.



Esta situación no variaría ni un ápice aunque el Banco Central Europeo comprara toda la deuda española. Es más, eso solo alargaría el problema y fomentaría aún más la especulación de los temidos mercados.

Lo que necesita España es generar empleo, y para ello es imprescindible traspasar a los emprendedores el poder y el dinero que se le otorga a los sindicatos, únicos culpables desde la muerte de Franco de que nuestro país tenga la legislación laboral más rígida del mundo, de que las empresas no contraten a nadie y de que El Congo nos supere en facilidades para abrir un negocio.