miércoles, 3 de junio de 2009

Operación bañador

Ayer asistí a mi segunda clase de Spinning en el gimnasio y tengo que decir que cada vez me gusta más esta modalidad de entrenamiento aeróbico. El día cero quise morir. Tenía la bicicleta mal regulada y las rodillas me chocaban contra el manillar, así que abandoné a los 15 minutos. Luego llegó la primera clase completa -con la bici ya bien configurada- y fue todo mucho más llevadero. Ayer, otros 45 minutos durante los cuales no paré de moverme al son de las canciones que nos iba poniendo Gerar, el monitor más enrollado, simpático y atento que he conocido en mi corta -aunque no reciente- carrera hacia la vigorexia.

El Spinning es un deporte duro. Te pasas tres cuartos de hora pedaleando arriba y abajo al ritmo de una música en general animada y acabas sudando hasta por los ojos, pero hay que reconocer que es de lo más divertido y fácil que se puede hacer en un gimnasio. Se realiza en grupo, no requiere ninguna técnica y, lo más importante, no te acaba aburriendo como la cinta, la bicicléta estática o las mismas máquinas de musculación. Además, al final de la sesión, si has hecho bien los deberes, puedes perder hasta unas 1.000 calorías. Una ganga, vamos.

Es un deporte que, por si fuera poco, ayuda mucho a reducir la ansiedad y el estrés que a todos nos producen los vídeos electorales made in PSOE (lo siento, no he podido evitarlo, jejeje). Así que nada. Hoy volveré. A las 7 de la tarde en punto. A perder peso y tonificarme mientras bailo en una bicicleta. Luego, unos largos en la piscina, y a casa. Lo recomiendo.

2 comentarios:

  1. A mí también me gustan mucho las clases de 'ciclo indoor' en cualquiera de sus modalidades que, por cierto, distingo porque en los horarios se denominan de forma diferente. En realidad me parecen todas prácticamente iguales.
    Yo asistí a mi primera clase 'bici-bajo-techo' hace ahora unos dos años. Hasta ese momento me parecían una especie de locura colectiva. Pero me pareció que podían tener cierto efecto terapéutico sobre mi. Y así fue. Mientras quemaba calorías, grasas y esas cosas, también conseguí quemar penas y dolores. Creo que debo a estos descomunales esfuerzos una gran parte de mi vuelta-a-la-normalidad. ¡Gracias Les Mils!
    Por último, sólo añadir que sí que tiene su técnica, como casi todo. Y para evitar lesiones es recomendable no apafrterse mucho de ella.
    Julio.

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  2. Comparto con Julio la preocupación por la denomincación de la actividad, no se cuando hago spinning o cuando estoy en ciclo indoor ¿alguien conoce la diferencia?. Para mi, lo que realmente distingue una clase de otra es el monitor que la imparte y, por supuesto, la música que pone.
    Independientemente del estilo, un buen monitor debe partir de una premisa básica, que es no perjudicar a nadie en la realización del entrenamiento. Por increíble que parezca, la mayor parte de los usuarios que acuden a un gimnasio, dan por sentado que los monitores son especialistas en la materia que imparten; tanto mas, cuanto menos deporte haya hecho la persona que acude al gimnasio. Y, desgraciadamente, no suele ser así. ¿Os habéis parado a pensar en que cada persona es un mundo, y lo que a uno le va bien, para otro representa una barbaridad?. Por lo tanto, exigir a un deportista y a una persona completamente desentrenada un esfuerzo similar, simplemente es una burrada. Y lo mismo sucede si en la realización del ejercicio no se tienen en cuenta otros factores como las características físicas, antropométricas, la correcta postura, los movimientos repetitivos o explosivos y su incidencia en posibles lesiones, etc.

    A fin de cuentas, para no enrollarme, lo principal es buscar a un monitor, instructor, o como queráis llamarlo, profesional; y mi opinión es que, de partida, quien no ha montado antes en bicicleta, tiene menos probabilidades de saber de lo que está hablando -cierto que hay excepciones, como en todos los deportes-. Y además, un buen instructor debe ser una persona con formación específica y/o experiencia en métodos de entrenamiento.

    En todo caso, hay unas premisas básicas en las que os podéis fijar si intentáis averiguar si alguien es un buen instructor:

    * Os explica como situaros en la bicicleta, a que altura y profundidad, que debéis hacer y que no en relación a la frenada (los mecanismos suelen variar cada dependiendo de la marca de la bicicleta) y con el resto de los componentes.
    * Informa acerca de cuales son las consideraciones básicas en cuanto a salud personal, forma física y otras consideraciones a tener en cuenta.
    * Os ofrece explicaciones claras y sencillas acerca de que es lo que busca en el entrenamiento, en ese día concreto, y que incidencia tiene a medio y largo plazo.
    * Intenta -o fomenta- que utilicéis pulsómetro, que creo que es el mecanismo mas completo para adecuar el esfuerzo a la forma física personal.
    * Os ayuda a corregir errores y a mejorar las técnicas aplicadas, así como a potenciar vuestra motivación personal -y en eso influye la música, no os puede aburrir-.
    * Para cada uno de vosotros, en función de que vayáis buscando, os guía en la medida de lo posible, a lograr vuestra metas.
    * Debe saber en todo momento que está haciendo, para que aplica una técnica y para que os sirve a vosotros.
    * Aunque hay otras variables a tener en cuenta, yo, a título personal, tengo una manía: me gusta que el instructor/a esté en forma, que no oculte la barriguita tras un bonito maillot. Que se le va a hacer ...

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