jueves, 5 de mayo de 2011

Universo Twitter

A estas alturas, son muy pocos los internautas ajenos al fenómeno Twitter. La red social de microbloguin ha crecido de tal manera que, a su lado, el poderoso Facebook se está quedando pequeño. Todo el mundo tiene una cuenta en Twitter: políticos, deportistas, cantantes, el panadero de la esquina... Todos quieren compartir sus pensamientos en 140 caracteres.

Lo primero que hay que saber de Twitter es que lo más importante, lo vital para que un usuario se mantenga activo, es el número de seguidores con el que cuenta. La gente mata por ellos. Da igual quién te siga: una tienda de electrodomésticos, un salón de belleza, un japonés adicto a los videojuegos... Lo importante es que te sigan. Sin followers, no eres nadie, así que cuantos más, mejor.

Hay varias formas de conseguir seguidores: contar chistes ingeniosos, participar en los Trending Topic, ser mencionado o retuiteado por un famoso... Y otras más cutres pero no por ello menos efectivas, como ponerse a seguir a miles de personas para que, por mera estadística, algunas de ellas empiecen a seguirte a ti.


Un campo muy importante a este respecto es la descripción que uno hace de sí mismo para presentarse ante el mundo. Como en la vida real, cuanto más importante sea el rango que desempeñas, más importante serás tú y más posibilidades tendrás de conseguir un buen puñado de seguidores. Por eso, en Twitter es difícil encontrar albañiles, cajeras de supermercado o amas de casa. En su lugar verás operarios, cash managers e ingenieras domésticas.

Otro aspecto a tener en cuenta es la interacción con los demás usuarios. Hay que mantenerse activo, pero sin acaparar todo el timeline de tus seguidores. Eso denota que tienes mucho tiempo libre y empieza a levantar suspicacias. Por tanto, intenta no perder el control. Tuitea, pero no avasalles. Y ponte un horario: no está nada pero que nada bien visto escribir a todas horas del día, y mucho menos de madrugada, a no ser que te asegures de que tus followers piensan que vives en Nueva York.

Twitter, en sí mismo, es un universo, y como tal en él podemos encontrar toda clase de especies y subespecies. En mi corta experiencia, lo que he podido ver ha sido más o menos esto:
  • Tuitero de a pie: descubrió el microbloguin hace relativamente poco y cree que esta red social es como un Facebook ochentero y pequeño. Escribe ocasionalmente, suele tener entre 100 y 200 followers y todavía no sabe discernir entre un tuit, un retuit y una mención. Los mensajes privados directamente no existen.
  • Tuitero compulsivo: te conectes a la hora que te conectes, siempre verás uno o varios de sus tuits en tu muro. Por lo general, no sabrás de lo que está hablando porque solo interactúa consigo mismo, es decir, te cuenta su vida a través de un millón de tuits aunque nadie le retuitee ni le mencione. En casos extremos llegan a retuitearse a sí mismos.
  • Tuitero famoso. Sí, también son humanos. Y quieren que se sepa. Al menos algunos, ya que entre esta clase de tuiteros hay dos subespecies: los que interactúan con sus seguidores y los que no. O, lo que es lo mismo, los que han entendido el universo Twitter y los que lo utilizan para que se sepa que todavía existen. Entre los primeros, tenemos a Ignacio Escolar, Pedro J. Ramírez o César Cabo, que no dudan en retuitear, contestar o atender a los mensajes de quienes les mencionan. Entre los segundos, casi todos los deportistas de élite... y Leire Pajín, que inexplicablemente tiene más de mil seguidores con cero tuits.
  • Tuitero Yo-mí-me-conmigo: son algo así como los nuevos ricos de Twitter. Sin ser del todo famosos, tienen un montón de seguidores porque alguna vez hace mucho tiempo crearon un trending topic o dijeron algo demasiado políticamente incorrecto. Se consideran a sí mismos los sumos sacerdotes de Twitter, y en cierto modo lo son. Aunque nunca contestan y solo hablan entre ellos, siempre está bien seguir a un par de Yo-mi-me-conmigo. Por aquello de enterarse de qué es lo que está pasando en la red.
Otra cosa que tienes que saber de Twitter es que no es una página de contactos. No puedes poner una foto de cuando tenías 14 años, canta mucho y queda bastante feo, además de que hoy en día roza los límites de la legalidad. Si crees que no eres fotogénico, pon algo que te haga parecer intelectual, como una imagen del Guggenheim o un daguerrotipo del Madrid de principios del siglo XIX. Si no sabes lo que es un daguerrotipo, siempre puedes usar la foto de tu hámster.

Y esto es más o menos el universo Twitter. Divertido, sencillo e imprescindible, hasta que salga algo nuevo.

3 comentarios:

  1. ¡Y luego está la gente que trabaja escribiendo los comentarios de gente de renombre, para que parezca que tiene algo ocurrente que contar!

    ResponderEliminar
  2. En tu clasificación no hay ni un solo comentario positivo, ¿no hay tuiters de personas que aporten información interesante y por eso les siguen o tuiters con comentarios ingeniosos y por eso son populares?

    ResponderEliminar
  3. Veo que también olvidé hablar de los trolls. Bueno, en otro post :-)

    ResponderEliminar