jueves, 2 de junio de 2016

El vídeo de Ciudadanos

Desde el punto de vista de la persuasión, el vídeo electoral de Ciudadanos es simplemente brillante. Dejemos a un lado el debate tontorrón sobre si es clasista, sexista, si es demasiado duro con el PP o una copia del anuncio de la Lotería de Navidad. Nadie va a recordar eso el día de las elecciones.

Fijémonos en el mensaje oculto, aquél que va a retener el subconsciente de los votantes y el que realmente puede influir en las elecciones. ¿Qué vemos? Primero, un bar con gente corriente hablando de sus cosas. A continuación, un presidente del Gobierno anunciando la convocatoria de nuevas elecciones con el mismo entusiasmo que cuando le pides a alguien que te pase la sal. Veamos las imágenes:






¿Qué es lo primero que nos viene a la mente? Hartazgo. Aburrimiento. Cansancio. Nuestro cerebro ve al Gobierno del PP como un producto agotado y sin energía. Buen golpe.

Más tarde aparece el clon de Pablo Iglesias. Un jeta desaliñado, un parásito con el que nadie quiere ser identificado. Su pose y sus gestos son absolutamente ridículos, en especial cuando, cerveza en mano, mira al smartphone –supuestamente un discurso de su líder– y se da un golpe en el pecho al más puro estilo grupie sin cerebro. En el vídeo nadie habla de Pablo Iglesias, pero automáticamente todos identificamos a este personaje siniestro con el líder de Podemos.




Luego vemos a Albert Rivera en el mismo monitor en el que segundos antes había aparecido el presidente del Gobierno.



Aquí se produce el efecto 'pensar más allá de la venta', como cuando un vendedor de coches nos pregunta si nos gustan más los asientos de cuero o de tela y nuestra mente se imagina que ya hemos comprado el coche. En el caso de Rivera, dejamos de ver a un simple candidato y empezamos a visualizar a un jefe de Gobierno. Ahora sabemos por qué el Pablo Iglesias real no ha aparecido en el monitor. Mucho mejor crear un personaje caricaturizado al que nadie pueda identificar como un presidente. Ojo al contraste:




Veamos ahora las caras de la gente del bar cuando escuchan a Albert Rivera:







Ya no hay cansancio. Hay ilusión, esperanza. Incluso al muchacho de la coleta, que de repente parece guapo y aseado, se le ilumina la cara con lo que está viendo y escuchando. Casi todos los estratos de la sociedad, personas con las que nos podemos sentir identificados (el pequeño comerciante, el trabajador, el parado, el jubilado, la madre y hasta el perroflauta, ahora convertido en un respetable estudiante universitario) muestran fascinación por ese líder político que aparece en televisión y al que, por si fuera poco, el personaje paternal y amigo de todos está poniendo por las nubes. Un personaje encarnado por un señor mayor, aunque no anciano, que podría ser un funcionario o un jubilado, que habla exactamente igual que Rivera (incluso se le parece en el tono y la voz) y que logra que nos olvidemos de la juventud y la inexperiencia del líder de Ciudadanos. Cuántos pájaros matados de un tiro en esta simple escena.




¿Y qué hay de Pedro Sánchez? En mi opinión, aquí está el golpe más sutil y efectivo del vídeo. El PSOE es el segundo partido en el Parlamento, pero en este spot ni siquiera existe. Si el PP estaba agotado, el PSOE directamente es historia, un cadáver. Con este ninguneo, Ciudadanos araña votos del centro izquierda sin ofender ni movilizar en contra a los militantes fieles de Sánchez. Justo lo que necesita. Otra genialidad del vídeo, pues después de haber intentado negociar un Gobierno con el PSOE no tendría credibilidad meterse con ellos. Así los desprecia sin que se note.

Como veis, nada de lo que se dice en el vídeo importa. ¿Alguien se acuerda del discurso que daba Rivera en pantalla? ¿Alguien ha retenido algún mensaje o motivo concreto de por qué hay que votar a Ciudadanos? No, la parte irracional de nuestro cerebro, que es la que de verdad influye a la hora de decidir el voto, sólo ve un producto caducado, una alternativa esperpéntica y un grupo de gente 'normal' (no hay ni una sola minoría) poniendo su mirada en un Albert Rivera con pinta de presidente. Una obra maestra de la persuasión en un vídeo sencillo que ayuda a rascar votos de todas partes. El equipo de comunicación de Rivera se merece un 10.

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Si no te gustan mis posts, siempre puedes alquilarme un avión privado.

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